Cumbre

24.10.2019

El día de cumbre comienza muy temprano. La senda es bastante obvia y la misma asciende entre formaciones rocosas hasta alcanzar una zona de rocas de formas caprichosas y muy claras, conocidas como "Piedras Blancas" (6060m). Aquí la senda se monta sobre el filo Norte, hasta alcanzar un pequeño paso hasta el cual se accede a la ladera noreste de la montaña. Desde aquí el ascenso continúa hasta acceder a uno de los puntos clave del día de cumbre "Refugio Independencia" (6380m).

Este será un buen momento del ascenso para corroborar la condición general y las reservas de energía para afrontar los tramos finales. La decisión de continuar debe ser bien meditada en este punto.

Se asciende ahora hacia un filo netamente al Oeste del refugio conocido como "Portezuelo del Viento". Desde este punto comienza la Travesía, extenso recorrido con poco desnivel que cruza por encima del Gran Acarreo en dirección Este-Oeste. Aquí las condiciones suelen ser muy cambiantes. En primer lugar es una zona que está expuesta al viento de la mañana, viento del valle, que asciende en ráfagas por el gran acarreo, lo que provoca una fuerte baja de la sensación térmica. En cuanto al terreno, en algunas ocasiones suelen presentarse planchones de nieve helada, incluso de hielo, lo que hace imprescindible el uso de grampones (y por seguridad también piqueta). La pendiente no supera los 30 grados, pero un resbalón en uno de estos planchones a esta altura puede acarrearnos serios daños físicos. La travesía conduce a una diagonal mucho más empinada y esta a su vez nos lleva hacia la base de "La Canaleta", donde encontraremos un murallón rocoso conocido como "La Cueva" (6650m).

La Canaleta se asciende por sendas con bastante pendiente que la recorren en su extremo oeste, muy cerca del paredón rocoso. Este paredón comienza a estrecharse hasta desaparecer en el acarreo. Aquí se progresa ligeramente a la derecha en terreno empinado y con rocas sueltas. Desde este punto nuevamente en cortos zigag, se progresa directo en busca del filo. Unos metros antes del filo se accede a la senda que en travesía ligeramente cruza el "Filo del Guanaco". En este punto la altura es de 6800m y la cumbre es visible al este, justo al final de esta travesía. Aquí el agobiamiento debido a la hipoxia llega a su punto crítico. Los pasos no solo se vuelven lentos sinó que además se vuelve necesario repetir descansos para relajar las piernas y recuperar el pulso. Se recomienda en estos tramos forzar un poco la ventilación para disponer de más aire a nivel de los alvéolos pulmonares. También tener caramelos dulces (azúcar) en los bolsillos e ir ingiriéndolos repetidamente para mantener el nivel de azúcar en sangre. Por último tener un termo con bebida caliente previsto para estos fatigosos metros finales ayudarán a controlar la deshidratación que ya de por sí será inevitable debido a la fuerte hiperventilación, el aire seco y la imposibilidad de contar con tanto líquido para todo el ascenso.

Esta travesía que si bien parece que nos depositará en la cumbre en poco tiempo, suele demandar 45 minutos o una hora de dura marcha. Es aquí donde se pone a prueba todo nuestro trabajo físico, de aclimatación y mental para enfrentarnos con este esfuerzo. Finalmente en los últimos metros de la travesía del "Filo del Guanaco" se asciende por un pasillo muy rocoso que contornea la cumbre hacia el norte, para montarse finalmente en los últimos escalones de roca que rematan la CUMBRE.

Así relata Stuart Vines, en la segunda ascensión a la cumbre en 1897, su impresión del espectáculo que se abre ante sus ojos desde la cima a 360 grados:

"A 23.000 pies sobre el nivel del mar se extendía un maravilloso panorama de montañas, glaciares y campos nevados. El Mercedario cortaba el valle Penitente, la ruta de Güssfeldt, con toda su reputación de invencible y sus gigantescas laderas blancas de 20 grados, sin obstáculos. En el enorme paisaje, numerosos gigantes emergían como pirámides perfectas de apariencia volcánica. Laderas rojas, marrones y amarillas y desempeñaderos sucedíanse interminables en un mar de montañas de 60 millas de ancho y 13.000 pies. Hacia el sur veíanse las cadenas fronterizas del Tolosa y Los Gemelos como centinelas en el camino a Chile; los glaciares del Juncal, los nevados de Navarro y Polleras, los Leones, el Plomo y el Tupungato... Ni la cámara ni la pluma podrían describir el panorama. El Pacífico resplandecía de azul bajo el sol de la tarde que se teñía de rojo. Parecía todo muy cercano. Allí estaban el Quillota y el Roble, luego los valles llenos de nubes como brazos de mar entre los que surgían las islas rocosas en medio de las aguas fantasmales. A 10 millas las cabezas del Horcones y el Vacas aparecían bordeadas de negros precipicios, faldas bermejas y glaciares cercanos de picos de hielo. El Penitentes del otro lado, ofrecía sus ventisqueros mayores. El Almacenes, pequeño, hacía dudar: era tan minúsculo aquel peñasco coloreado que veíamos sobre nuestras cabezas desde el valle. Todo era distante..."

ASCENSO - TRAMO 4: CAMPO 3 BERLÍN (5930 metros) - CUMBRE (6962 metros) - Desnivel: 1032 metros  -  Duración estimada: 7 a 10 hs

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